La hidratación es de suma importancia para todas las mujeres en general, pero mucho más para aquellas que practican deporte de manera regular. Nuestro cuerpo está compuesto al 60% de agua, por lo que mantenerlo correctamente hidratado debe ser siempre una prioridad, más aún en verano donde el mayor número de horas de sol y las altas temperaturas juegan en nuestra contra. Por eso desde Curves queremos traerte una serie de consejos para mantenerte siempre correctamente hidratada.
Consejos para mantenerte hidratado en el gimnasio
El agua supone aproximadamente el 60% de nuestro peso corporal y es esencial para el funcionamiento del cuerpo. A diario expulsamos una gran cantidad de esta agua, a través de la respiración, la secreción de heces y orina y la sudoración. Toda esta agua que perdemos de manera natural tiene que ser repuesta para evitarnos problemas de salud, que pueden ir desde leves hasta muy serios. Pero ¿cómo asegurarnos de estar adecuadamente hidratados?
- Lleva siempre una botella de agua encima. Así te asegurarás de estar bien hidratada y evitarás la tentación de hacerlo con otras bebidas menos saludables como zumos o refrescos.
- Hidrátate con tu dieta. Si sigues una dieta rica en frutas y verduras te hidratarás de manera natural con el agua que contienen estos alimentos.
- Añade un toque de sabor a tu agua. Si se te hace algo cuesta arriba beber tanta agua, al menos 2 litros diarios son recomendables, puedes darle un toque de sabor natural con fresas, limón, menta o pepinos. Otra opción de consumir agua con toque de sabor son las infusiones.
A menudo pensamos en la hidratación solo cuando realizamos algún esfuerzo físico o sudamos debido a las altas temperaturas. Pero la hidratación corporal es básica para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y no debemos descuidarla nunca.
Hidratación y equilibrio hídrico
Para mantener el bienestar del organismo es esencial conservar un correcto equilibrio hídrico, es decir, reinstaurar el agua que expulsamos a diario de manera natural. En verano es especialmente importante, ya que nuestro organismo usa la sudoración como herramienta para regular su temperatura y para ello necesita estar correctamente hidratado. Si la hidratación de nuestro cuerpo no es la adecuada, no podrá producir este sudor y la temperatura no se podrá regular por lo que se calentará poco a poco hasta provocar problemas de salud, que pueden ser desde leves, como un ligero mareo, hasta más graves, como intensos dolores de cabeza y vómitos.
Para evitar que esto suceda, estaremos atentos a las que son las principales causas de la deshidratación para poder evitarlas en la medida 1de lo posible.
Cuáles son las principales causas de la deshidratación
La principal causa de la deshidratación es la más evidente, no beber suficiente agua. Pero, además, hay otras razones que nos afectan y que pueden provocar este fenómeno:
- Ciclo menstrual. Cuando estás en la fase menstrual, los niveles de estrógeno y progesterona de tu cuerpo pueden afectar negativamente el nivel de agua de tu cuerpo. En este período del mes, no está de más beber más agua de lo que acostumbramos.
- Dieta baja en carbohidratos. Este tipo de nutrientes, presentes en el arroz o la pasta, proporcionan líquidos útiles para el cuerpo y ayudan a mantenerlos. Si buscas bajar de peso comiendo menos carbohidratos, ¡recuerda beber más agua para obtener un nivel adecuado de hidratación!
- Estrés. Las glándulas suprarrenales no sólo son responsables de la producción de la hormona del estrés, sino que también se ocupan de mantener los niveles de electrolitos y fluidos del cuerpo. Cuando trabajan demasiado y estamos bajo estrés, pueden causar deshidratación del cuerpo.
- Bajo consumo de frutas y verduras. Estos alimentos se encuentran entre las principales fuentes de agua de nuestra alimentación y, si no se toman en la cantidad adecuada, pueden conducir a la deshidratación.
Efectos de la deshidratación en el cuerpo
La deshidratación tiene efectos que comienzan en moderados pero pueden desembocar en un cuadro bastante severo. Primero notaremos la sed propiamente dicha, con boca y lengua secas. Si no bebemos, comenzaremos a notar síntomas de fatiga, que de prolongarse pasará a convertirse en malestar general, acompañado de mareos. Si los síntomas siguen escalando producto de no cortarlos rehidratando el cuerpo, aparecerá la confusión, los dolores de cabeza y en último caso, el desmayo. Prolongar este estado de deshidratación incluso más allá del desmayo puede llegar a concluir en el fallecimiento.
Todos estos síntomas se deben a que cuando bebes mucho menos de lo que deberías, reduces la cantidad de sangre que circula en el cuerpo y esto pronto puede afectar negativamente órganos importantes como el corazón, los riñones, el cerebro y los pulmones, pero también a ojos, músculos y piel.
Cuánto agua debo beber para estar correctamente hidratada
A estas alturas es normal preguntaarse cuánta agua debes beber en tu día a día para estar correctamente hidratada. No existe una respuesta estandar ya que depende de muchos factores, entre ellos el peso corporal. Las necesidades de hidratación pueden variar mucho de una persona a otra.
Sin embargo sí que se pueden extraer una serie de pautas más o menos comunes a las que se puede hacer referencia. Según este artículo de Nutrición Hospitalaria, el cuerpo necesita entre 2,2 y 3 litros de agua diarios, incluyendo el agua que consumamos a través de otros alimentos. Pero ¿cómo podemos saber si estamos bebiendo suficiente agua?
Cómo saber si necesita beber más agua
Cuando tu organismo no está lo suficientemente hidratado tu cuerpo comienza a enviar señales que no debes pasar por alto. Las principales son:
- Cansancio. Si su cuerpo no está lo suficientemente hidratado, la sangre se distribuye con más dificultad y está menos oxigenada, algo que va a afectar a todo el cuerpo, causando dolores de cabeza, somnolencia y una sensación general de agotamiento.
- Piel seca. Cuando estás deshidratado, el organismo extrae agua de donde puede para mantener en funcionamiento los órganos vitales, siendo la principal fuente de esta agua la piel, que en consecuencia se vuelve más seca.
- Caída de concentración. Nuestro cerebro consiste en aproximadamente 90% de agua, lo que le convierte en el primer órgano que muestra signos de deshidratación. La falta de líquidos en el cerebro afecta la memoria, a la capacidad de concentración e incluso estado de ánimo.
- Estreñimiento. El agua también contribuye a una movilidad intestinal adecuada por lo que siempre se recomienda a los que sufren estreñimiento beber más.
- Calambres. Un desequilibrio de electrolitos también puede causar calambres musculares frecuentes.
- Orina oscura. El color ideal de la orina debe ser transparente o amarillo claro, una orina de color más oscuro es claro signo de deshidratación.
Frutas y verduras: cuáles son los alimentos más hidratantes
Como comentábamos anteriormente, beber agua no es la única manera de mantenerse hidratado. Una dieta rica en frutas y verduras te ayudará a mantener tu cuerpo en los niveles deseados de hidratación sin tener que recurrir a la continua ingesta de agua.
En el apartado de las verduras, aquellas que suponen un especial aporte de agua son el pepino, la lechuga, el apio, los rábanos, el calabacín, las espinacas el brócoli y la coliflor.
Por su parte, en el de las frutas, tenemos la sandía, el melón, las fresas, las naranjas, las mandarinas y los tomates.
Mantente hidratada durante tu entrenamiento de Curves
En las sesiones de entrenamiento siempre es importante mantenerte bien hidratada, pero lo es más aún si cabe en verano, cuando las temperaturas aprietan y mantener el equilibrio hídrico del cuerpo es más complicado. Estos son algunos consejos que puedes seguir para conseguirlo:
- Beber la noche anterior. Si vas a entrenar por la mañana, bebe un par de vasos de agua antes de ir a la cama y nada más levantarte. Si quieres darle algo de sabor a esa agua, añade un poco de jugo de tu fruta favorita.
- Evita aumentar la deshidratación a través de otros alimentos. Las bebidas con cafeína, como el café, el té y el alcohol te harán perder líquidos, entorpeciendo tu sesión de entrenamiento.
- Mide cuánto has estado bebiendo. Para hacerlo, comienza el entrenamiento con una botella entera de agua, de esta manera sabrás cuanto bebes durante la sesión.
- Integrar electrolitos. Los electrolitos son muy importantes para mantener las células funcionando correctamente. Es necesario consumir potasio, sodio, calcio y magnesio de manera regular.
En definitiva, cuidar la hidratación siempre debería ser una de nuestras prioridades con respecto a nuestra salud, pero hacerlo en verano es incluso más importante. Desde Curves te animamos a que sigas nuestros consejos para poder seguir entrenando sin que las altas temperaturas te detengan. Si deseas conocer todos los beneficios del programa Curves, reserva una cita gratuita ahora o acércate a tu club Curves más cercano.