Si el verano es la fecha que solemos tener marcada en rojo en nuestro calendario como momento más esperado del año, con la llegada del buen tiempo y, sobre todo, de las vacaciones, el final del mismo puede suponer una caída en nuestro estado de ánimo. Septiembre trae consigo días más cortos, bajada de temperaturas y una vuelta a la rutina que se puede hacer cuesta arriba.
El retorno a la rutina hay que tomarlo con filosofía, y nada mejor para ello que añadirle una dosis extra de deporte que nos empujará en la dirección adecuada para que septiembre no sea un mes cuesta arriba.
Qué es la depresión o síndrome post vacacional y cuáles son sus síntomas
La caída en el estado de ánimo al final de las vacaciones es algo tan habitual que ya se considera como un síndrome o trastorno psicológico propiamente dicho. De hecho, según un estudio de Adecco, uno de cada tres trabajadores sufre depresión o síndrome post vacacional en su regreso al trabajo.
Al ser una afección psicológica, los síntomas pueden variar mucho de una persona a otra, pero hay una serie de señales que te pueden indicar que quizás estés atravesando por un síndrome post vacacional en tu retorno a la rutina:
- Bajo estado de ánimo
- Apatía
- Ansiedad
- Falta de energía
- Sensación de hastío
- Sensación de no ser capaz de enfrentarte al trabajo
Los síntomas van todos más o menos en la misma dirección y casi se podrían resumir en tan solo dos: falta de fuerzas y falta de ganas para volver nuestra rutina habitual.
El síndrome post vacacional es la reacción negativa de nuestro organismo al cambio de rutina, por lo que, afortunadamente, no suele alargarse mucho en el tiempo. Lo normal es que a las dos o tres semanas volvamos a sentirnos como antes de irnos de vacaciones, ya que se estima que el cuerpo tarda aproximadamente 21 días en adquirir, o en este caso readquirir, un hábito.
Consejos para superar el síndrome post vacacional
Normalmente el síndrome post vacacional desaparecerá por si solo con el paso de los días, pero podemos hacer ciertas cosas para acelerar o hacer más llevadero el proceso. Algunos de los consejos a seguir pueden ser:
- No volver de las vacaciones el día antes de empezar a trabajar. Muchas veces en nuestro intento de apurar las vacaciones hasta el último momento, volvemos de viaje el día antes de tener que regresar al trabajo. Esto dificulta la readaptación, ya que pasamos de un escenario de relax total a tener que enfrentarnos de nuevo y de golpe a las tareas del hogar y las obligaciones laborales. Regresar de viaje unos días antes de empezar a trabajar hará que esta readaptación sea menos radical.
- Adaptar los horarios poco a poco. Una forma de combatir el síndrome post vacacional es que los cambios sean lo más progresivos y menos traumáticos posibles. En verano solemos tener unos horarios más desordenados, acostándonos y levantándonos tarde o durmiendo varias horas de siesta. En los días previos a la vuelta al trabajo, es buena idea ir ajustando poco a poco estos horarios a imagen de los que tenemos en nuestra rutina, para que acostarnos y levantarnos pronto no nos cueste tanto en el regreso.
- Recuperar hábitos alimenticios. Uno de los efectos de los horarios desordenados que tenemos de vacaciones es el de comer a deshoras, por lo que otra forma de no sufrir en el regreso a la vida laboral es volver a retomar unos hábitos alimenticios más razonables. Los días antes de la vuelta al trabajo, intenta comer a horas y en cantidades parecidas a cómo lo harás en el regreso al trabajo.
- Vuelve de vacaciones con la semana empezada. Una forma de amortiguar el regreso al trabajo es volver en mitad de la semana, así tendrás a la vuelta de la esquina el fin de semana para poder amortiguar el regreso y no empezar de golpe con cinco días laborales seguidos.
- Afronta las tareas más sencillas primero. En tu vuelta al trabajo puede abrumarte la cantidad de tareas que te esperan tras un periodo alejada de la oficina. Para no desesperar, intenta ponerte en primer lugar con las tareas más sencillas. Así te desoxidarás y verás como tu lista de tareas baja más rápidamente que si comienzas por una de dificultad alta.
- Regresa a tu rutina deportiva. Practicar deporte es una de las mejores maneras de hacer más llevadero la vuelta a la rutina, por los innumerables beneficios que tiene a nivel mental el ejercicio, que te ayudarán a sentirte mejor en estos días de transición más complicados.
Entrenamiento de fuerza para combatir el síndrome post vacacional
Como decíamos anteriormente, retomar nuestra actividad física es una de las maneras de combatir el síndrome post vacacional. Lo ideal seria que no hubiéramos dejado de practicar deporte durante nuestras vacaciones, pero si no hemos podido evitarlo, retomar nuestra rutina deportiva nos ayudará en este proceso de readaptación a nuestro día a día.
Y dentro del retorno a la rutina deportiva, poner foco en el entrenamiento de fuerza te ayudará a sentirte mejor contigo misma en estos días de ánimo más apagado. El entrenamiento de fuerza libera endorfinas, conocidas como la enzima de la felicidad, lo que influirá de manera directa e inmediata en tu estado de ánimo.
Entre los múltiples beneficios del entrenamiento de fuerza para la salud física y mental, está el ayudar a dormir mejor, lo que incidirá en tus niveles de energía y positividad. Además, entrenar la fuerza de manera regular aumenta la confianza en tu cuerpo, según ves como se vuelve cada vez más potente y vigoroso.
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