Diciembre puede parecer un acto de malabarismo. Entre los plazos de trabajo, los eventos sociales, los planes familiares y todas las expectativas adicionales que trae consigo la temporada, es fácil sentir que te mueves en todas direcciones. Si a esto le sumamos los constantes mensajes sobre cómo debemos vernos, comer o vivir, no es de extrañar que muchas nos sintamos estresadas.
La buena noticia es que no es necesario alargar la presión. La clave no está en las dietas drásticas, las rutinas extremas o intentar hacerlo todo a la perfección. Se trata de crear un estilo de vida que funcione para ti, que sea equilibrado, agradable y sostenible. Cuando el ejercicio se convierte en algo que realmente te apetece hacer, deja de parecer una tarea pesada. Tu cuerpo se fortalece, tu resistencia mejora, tu metabolismo se activa y, con el tiempo, el movimiento se convierte en algo que echas de menos de forma natural.

Encontrar una rutina que te guste y seguirla de forma constante, aunque sea 2-3 veces por semana, crea hábitos que te ayudan, en lugar de perjudicarte. Tus músculos lo recuerdan, tu energía aumenta y las elecciones saludables se convierten en algo natural. No se trata de la perfección, sino de la constancia y el equilibrio.
Hacer ejercicio con amigas durante las vacaciones puede marcar la diferencia. Os motivaréis mutuamente, mantendréis el impulso y os divertiréis más en el proceso. Incluso actividades breves como un paseo a la hora de la comida con una compañera de trabajo, un entrenamiento de fuerza con una amiga antes de llevar a los niños al colegio o un circuito rápido en casa con un familiar pueden tener un gran impacto. Los estudios demuestran que hacer ejercicio con otra persona mejora la constancia, el rendimiento y el disfrute, además de ser una forma estupenda de apoyarse mutuamente cuando las semanas se vuelven agitadas. Compartir tu trayectoria fitness también puede inspirar a las mujeres que te rodean.

Diciembre es también una época en la que los caprichos forman parte de la diversión. Esa porción de tarta o ese chocolate caliente no tienen por qué descarrilar tu progreso. El equilibrio viene de saber que has creado rutinas que se adaptan a tu vida y que incluso una semana sin ir al gimnasio no es el fin del mundo. Tu cuerpo y tu mente te agradecerán la constancia, y podrás disfrutar de los caprichos sin sentirte culpable.
Esta temporada también es una gran oportunidad para pensar en compartir el bienestar con las mujeres que te rodean. Apoyar a tus amigas, compañeras de trabajo o familiares para que den prioridad a su salud y bienestar no solo les ayuda a ellas, sino que también te mantiene motivada. Celebrar juntas los logros, asistir al circuito codo con codo o incluso compartir progresos puede hacer que el fitness sea más divertido y sostenible. Para darle un toque especial a estas navidades, regala un vale de Curves para 10 entrenamientos gratuitos en enero. Es una forma sencilla y estimulante de ayudar a alguien a empezar el año nuevo con energía y motivación.

Recuerda, diciembre no tiene por qué ser un mes de extremos. Se trata de mantenerse activa, controlar el estrés y disfrutar de la temporada de una forma que te resulte realista. Céntrate en rutinas que se adapten a tu horario, haz que el ejercicio sea divertido y disfruta de los pequeños objetivos que vayas consiguiendo.
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