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Día Mundial de la Diabetes 2019

  • Noticias

Este 14 de noviembre se celebra como cada año desde 1991 el Día Mundial de la Diabetes, un día designado para aumentar la concienciación sobre esta enfermedad. La diabetes es una enfermedad que afecta a 422 millones de adultos según la Organización Mundial de la Salud, o lo que es lo mismo, una de cada 11 personas en todo el mundo.

Desde Curves queremos sumarnos a este Día Mundial de la Diabetes y colaborar en la concienciación de una alimentación saludable y una dosis de ejercicio diario como herramientas imprescindibles para prevenir la aparición de esta enfermedad.
 

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad crónica que se origina por la incapacidad del páncreas de sintetizar la cantidad de insulina que el cuerpo necesita, porque la elabora de una calidad inferior a lo necesario o porque no la puede utilizar con eficacia. Pero ¿qué es la insulina?

La insulina es una hormona indispensable para el correcto funcionamiento del organismo ya que es la encargada de mantener los niveles de glucosa en sangre. La glucosa circula por todo el torrente sanguíneo para acabar en el interior de las células donde es transformada en la energía que alimenta órganos y tejidos. Cuando la cantidad de glucosa no es la necesaria, los órganos sufren daños graves que pueden derivar en problemas de salud muy serios. Como sucede con otras enfermedades, existen distintos tipos de diabetes.
 

Tipos de diabetes

  • Diabetes Tipo 1

La diabetes tipo uno puede desarrollarse en adultos pero presenta su principal incidencia en niños y jóvenes. En este tipo de diabetes, una malfunción del sistema inmunitario del sujero provoca la destrucción de las células beta del páncreas, lo que provoca que no exista producción de insulina alguna por su parte.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica, se desconoce las causas exactas de su aparición pero una vez aparece lo hace para toda la vida. Al contrario que sucede con la diabetes tipo 2, que puede padecerse sin que la persona lo sepa, la tipo 1 es diagnosticada en el 100% de los casos, requiriendo que el paciente se inyecte por vía externa la insulina que su cuerpo es incapaz de producir.

  • Diabetes Tipo 2

La diabetes tipo 2, al contrario que la Tipo 1, se presenta principalmente en personas adultas. Si en la tipo 1 las causas son totalmente desconocidas en la tipo 2 se sabe que la obesidad y el sedentarismo son factores de riesgo para acabar desarrollando la enfermedad. En esta variedad de la enfermedad el páncreas sí tiene capacidad de producir insulina, pero no la suficiente o de suficiente calidad para el correcto funcionamiento del organismo.

La diabetes tipo 2 puede prevenirse siguiendo unos hábitos de vida saludables, lo que incluye una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico. El tratamiento para este tipo de diabetes es un plan de dieta y ejercicio, no es necesario inyectarse insulina aunque sí puede haber casos que requieran la ingesta de antidiabéticos orales en caso de que el plan de dieta y ejercicio no resulte.

 

¿Qué síntomas tiene la diabetes?

Los síntomas de la diabetes son comunes para las dos variedades de la enfermedad y la diferencia entre ellos es la velocidad con la que aparecen. Mientras que en la tipo uno lo hacen de golpe y en un periodo breve, de un par de semanas, porque el páncreas deja de generar insulina de manera radical, en la tipo dos estos síntomas aparecen muy poco a poco, con el paso de los meses o incluso de los años, y su acción puede ser tan leve que el paciente no se dé cuenta de que sufre la enfermedad. En cualquiera de los dos casos, los principales síntomas son:

  • Aumento de las ganas de orinar y de la sed.
  • Aumento de la fatiga
  • Aumento del apetito
  • Visión borrosa
  • Entumecimiento u hormigueo de las extremidades
  • Lenta cicatrización de heridas y úlceras
  • Pérdida de peso excesiva sin razón aparente

Este último síntoma suele ser el que dispara las alarmas en cuanto al padecimiento de alguno de los dos tipos de diabetes. Estar alerta ante la aparición de alguno de estos síntomas es crucial pues padecer la enfermedad y no tratarla adecuadamente puede provocar daños bastante serios a nuestro organismo.
 

La diabetes y la actividad deportiva

Uno de los efectos de llevar una vida físicamente activa está directamente relacionado con las necesidades de insulina del cuerpo. Una persona en buena forma física necesita producir menos insulina que una persona con sobrepeso, así que estar en buena forma, algo que siempre es recomendable, se convierte en casi obligatorio para aquellas personas con déficit de producción de esta hormona.

La actividad deportiva es fundamental en relación con la diabetes, tanto para prevenir la aparición de la diabetes tipo 2 como para el control de la misma. De hecho, la Fundación Española del Corazón incluye el ejercicio físico como parte del tratamiento contra la diabetes.

Como sucede con casi cualquier enfermedad, cada persona es un mundo, así que, sí, es recomendable seguir practicando deporte aunque padezcamos de diabetes pero, sobre todo en los primeros meses desde que se nos diagnostique la enfermedad, hay que incrementar los controles de glucemia, antes y después de realizar la actividad física, para ver cómo responde nuestro cuerpo a la misma y cómo debemos adaptarla.

La actividad física es crucial para lidiar con la diabetes y nunca está contraindicada. De hecho son varios los deportistas que han hecho carrera en la élite padeciendo esta enfermedad, como pueden ser el boxeador Joe Frazier, campeón olímpico, la tenista Billie Jean Kean o el actual futbolista del Real Madrid, Nacho Fernández.
 

La diabetes y la alimentación  

Junto a la actividad física, la alimentación es otro de los pilares para mantener bajo control la enfermedad. La dieta ideal para un paciente diabético es prácticamente la dieta saludable que se le recomendaría a cualquier persona, con alguna particularidad. Los objetivos de la dieta para un diabético serían: alcanzar unos niveles de azúcar lo más cercanos a la normalidad, mantenerse en un peso ideal, conseguir unos niveles óptimos de colesterol, triglicéridos y tensión arterial y evitar las complicaciones físicas asociadas a la enfermedad.

Los nutrientes se clasifican en tres grupos principalmente: hidratos de carbono, proteínas y grasas. Un paciente de diabetes deberá tener unas consideraciones con respecto a cada grupo.

  • Hidratos de carbono

Es el grupo más importante para un diabético ya que los hidratos son los principales responsables de los niveles de glucosa en sangre. Los hidratos se dividen en dos categorías. Por un lado tenemos los simples, que se digieren rápido y pasan al torrente sanguíneo en minutos. Los encontramos en la fruta y la leche y en todos los alimentos que incluyan azúcares refinados (bollería, caramelos, helados, zumos, bebidas refrescantes…). Por otro lado tenemos los complejos, que tardan más en absorberse por lo que impactan en el nivel glucémico en sangre de manera más progresiva. Estos estarían en verduras, cereales, pan, pasta, arroz o legumbres.

En cuanto a hidratos, la recomendación es que el consumo sea de hidratos complejos, lo menos tratados posible, por lo que verduras, frutas y leche serán los principales aliados a incluir en la dieta. Las legumbres y los cereales deben tomarse con más moderación y en los últimos, elegir siempre los menos refinados, por ejemplo el pan integral sobre el blanco.

Los caramelos, helados, bollería, zumos, refrescos y un largo etcétera quedarán absolutamente desterrados, recurriendo a ellos solo en momentos de hipoglucemia donde se requiera un chute de azúcar inmediato.

  • Grasas

Las grasas, presentes en aceites y semillas, no afectan a los niveles de glucosa, pero es importante controlar la calidad de las que se ingieren. Se recomiendan la monoinsaturada, presente en aceites o aguacate, y la poliinsacurada, en diversos tipos de pescado. Se deben evitar siempre las grasas transgénicas, presentes en bollería, margarina, galletas…

  • Proteínas

Son imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo, y deben suponer entre el 15 y el 20% de los nutrientes diarios. Los encontramos en carnes, pescados y huevos, principalmente. Hay que intentar consumirlas evitando las carnes procesadas y, para fomentar el control de peso, consumir las menos grasas, como el pollo o el pavo.

En líneas generales son recomendaciones que se podrían adaptar perfectamente a la dieta saludable de cualquier persona que no padezca de diabetes.

 

La diabetes es una enfermedad que debe ser una motivación para llevar una vida saludable tanto en dieta como en actividad física. Tanto si la padecemos y necesitamos un buen estilo de vida para controlarla como si no y queremos prevenir su aparición, un estilo de vida sano como el que promovemos en Curves es algo imprescindible. Si todavía no eres parte de nuestra gran familia,  pide ya tu cita gratis o acércate a tu club Curves más cercano.

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