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Cuida tu páncreas con ejercicio físico y buena alimentación

  • Salud

Noviembre es el mes del páncreas. Celebramos el Día Mundial de la Diabetes y por ello, queremos dedicar espacio a esta importante glándula y a sus cuidados. ¿Cómo cuidar el páncreas? Siguiendo algunos hábitos de vida saludables, entre los que se encuentran una buena alimentación y el ejercicio físico, podrás tener un páncreas fuerte y sano. ¿Te interesa? ¡Sigue leyendo!

Principales funciones del páncreas y su importancia para el organismo

El páncreas es un gran desconocido para la mayor parte de las personas, pese a que su correcto funcionamiento resulta crucial para la vida. Su función más conocida es la de controlar el azúcar en sangre generando insulina. Pero, además de esta, el páncreas tiene otra tarea muy importante: producir enzimas que ayudan a dirigir y absorber correctamente los nutrientes que ingerimos.

Cuando el páncreas no funciona como debe, pueden producirse diferentes enfermedades desde la diabetes pasando por diferentes pancreatitis, fibrosis quística o el temido cáncer de páncreas. Además, cuando una persona no puede asimilar bien los nutrientes de las comidas que realiza, se producen déficits nutricionales que pueden aumentar el riesgo de infartos, fracturas óseas, infecciones…etc.

Para evitar y prevenir todas estas afecciones, debemos tener en cuenta algunos hábitos de vida que interesa incorporar a nuestra rutina. Seguro que te resultan muy familiares.

Cómo cuidar el páncreas con la alimentación

El principal problema relacionado con el diagnóstico de enfermedades del páncreas es la dificultad de detección. Se trata de una glándula que se encuentra oculta tras el estómago y, por ello, las personas suelen sentir dolores que confunden con problemas gástricos. En gran parte de los casos, cuando acuden al médico suele ser tarde.

Por eso, lo más importante es la prevención. La dieta y nuestro estilo de vida suponen un combo fundamental a la hora de cuidar la salud del páncreas.

Descubre 10 alimentos buenos para el páncreas

  • Brócoli: como verdura crucífera, cuenta con un elevado valor nutricional y resulta muy beneficiosa para prevenir problemas de páncreas. También lo son sus hermanos la coliflor o el repollo.
  • Alcachofas: los antioxidantes con los que cuenta esta rica verdura ayudan a depurar toxinas. Además, el consumo de alcachofa es interesante para digerir mejor las grasas y reducir la inflamación.
  • Ajo: incluye este alimento en tu dieta para ayudar a aumentar la producción de insulina, reduciendo la cantidad de azúcar en sangre.
  • Cebolla: de entre todos los alimentos, la cebolla es uno de los que más propiedades curativas y preventivas ofrecen. En concreto, es antibiótico, viricida, regulador del azúcar en sangre, estimula la producción de colesterol bueno, tonifica el organismo… entre otros.
  • Arándanos: el consumo de arándanos mejora la respuesta del cuerpo a la insulina y evita que se produzcan subidas bruscas de los niveles de azúcar en sangre.
  • Semillas de girasol o calabaza: pueden aportar cantidades interesantes de vitaminas B y E y minerales.
  • Legumbres, patatas y verduras: en concreto, estas últimas, son fácilmente digeribles por personas con problemas de páncreas dadas las pocas calorías que aportan.
  • Higos: esta fruta cuenta con enzimas protectoras muy interesantes para la salud del páncreas. Mezclados con nueces, por ejemplo, para desayunar, estarás consiguiendo una mezcla nutritiva repleta de omega 3, antioxidantes y minerales.

Practicar ejercicio físico puede resultar muy positivo para la salud del páncreas

La práctica de ejercicio físico conlleva una mayor quema de azúcar en sangre por parte de los músculos. Así, el páncreas disminuye la cantidad de insulina que genera, manteniendo el nivel glucémico bajo control. Así baja el riesgo de sufrir diabetes, por ejemplo.

Algunos estudios sugieren que los entrenamientos de fuerza impactan de manera positiva en la gestión de la insulina, sobre todo media hora después de haber llevado a cabo la actividad. Se ha comprobado, además, cómo las sesiones de cardio mejoran la sensibilidad a la insulina.

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